–Mira, tú vas, tan tranquila. Cenas tan ricamente y si saca el anillo te haces la sorprendida y sino, pues oye eso que te has echado al cuerpo. Sobre todo, recuerda: no pidas platos que se te puedan quedar entre los dientes y, si no te lo pide NO ES EL FIN DEL MUNDO. Aunque yo creo que sí que te lo va a pedir.
Y Nerea soltó una carcajada de las suyas.
Sara no quería ir condicionada, así que borró la última frase de su amiga de su mente. Terminó de arreglarse y esperó el WhatsApp de Gabi diciendo que la esperaba en el coche.
–Qué guapa estás hoy lagunita (Sara se apellida Laguna, y a veces Gabi la llama así de forma cariñosa)
–La ocasión lo merece, para un día que me sacas a cenar… 😏
–Ya sabes que últimamente estoy muy liado en el curro, pero hoy te lo compenso todo.
Aunque vivían juntos, llevaban unos meses caóticos debido al trabajo de los dos y casi ni se veían. Así que aquella, realmente era una ocasión especial, en todos los sentidos posibles.
Llegaron al restaurante y aquello no tenía pinta de ser una cena ligera precisamente. Gabi la había llevado a uno de los mejores restaurantes de la ciudad, Sara empezó a notar que la boca se le secaba antes de llegar a la mesa, y todavía quedaba toda la cena por delante 😅
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